El gigante bancario UBS está adquiriendo a su rival más pequeño Credit Suisse


Berna, Suiza — El gigante bancario UBS está comprando a su rival más pequeño Credit Suisse en un esfuerzo por evitar más turbulencias que sacudan el mercado en la banca global, anunció el domingo por la noche el presidente suizo, Alain Berset.

El presidente suizo, Alain Berset, quien no especificó el valor del acuerdo, calificó el anuncio como “uno de gran amplitud para la estabilidad de las finanzas internacionales. Un colapso descontrolado de Credit Suisse traería consecuencias incalculables para el país y el sistema financiero internacional”.

Credit Suisse ha sido designado por el Consejo de Estabilidad Financiera, un organismo internacional que supervisa el sistema financiero mundial, como uno de los bancos de importancia sistémica mundial. Esto significa que los reguladores creen que su falla descontrolada provocaría ondas en todo el sistema financiero, no muy diferentes al colapso de Lehman Brothers hace 15 años.

La conferencia de prensa del domingo sigue al colapso de dos grandes bancos estadounidenses la semana pasada que provocó una respuesta frenética y amplia del gobierno estadounidense para evitar nuevos pánicos bancarios. Aún así, los mercados financieros globales han estado nerviosos desde que el precio de las acciones de Credit Suisse comenzó a caer esta semana.

Credit Suisse, de 167 años de antigüedad, ya recibió un préstamo de 50.000 millones de dólares (54 millones de francos suizos) del Banco Nacional Suizo, lo que provocó brevemente un repunte en el precio de las acciones del banco. Sin embargo, la medida no pareció ser suficiente para detener una salida de depósitos, según informes de prensa.

Aún así, muchos de los problemas de Credit Suisse son únicos y no se superponen con las debilidades que provocaron la caída de Silicon Valley Bank y Signature Bank, cuyas quiebras llevaron a un importante esfuerzo de rescate por parte de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos y la Reserva Federal. Como resultado, su caída no necesariamente señala el comienzo de una crisis financiera similar a la que ocurrió en 2008.

El acuerdo pone fin a una semana muy volátil para Credit Suisse, sobre todo el miércoles, cuando sus acciones cayeron a un mínimo histórico después de que su mayor inversor, el Saudi National Bank, dijera que no invertiría más dinero en el banco para evitar tropezar con las regulaciones que entraría en acción si su participación aumentara alrededor del 10%.

El viernes, las acciones cayeron un 8% para cerrar en 1,86 francos (2 dólares) en la bolsa suiza. La acción ha experimentado una larga caída: se cotizaba a más de 80 francos en 2007.

Sus problemas actuales comenzaron después de que Credit Suisse informara el martes que los gerentes habían identificado “debilidades materiales” en los controles internos del banco sobre los informes financieros a fines del año pasado. Eso avivó los temores de que Credit Suisse fuera el próximo dominó en caer.

Si bien es más pequeño que su rival suizo UBS, Credit Suisse todavía ejerce una influencia considerable, con activos bajo gestión de 1,4 billones de dólares. La firma tiene importantes mesas de negociación en todo el mundo, atiende a los ricos y adinerados a través de su negocio de gestión de patrimonio y es un importante asesor para empresas globales en fusiones y adquisiciones. En particular, Credit Suisse no necesitó la asistencia del gobierno en 2008 durante la crisis financiera, mientras que UBS sí.

A pesar de las turbulencias bancarias, el Banco Central Europeo aprobó el jueves un gran aumento de medio punto porcentual en las tasas de interés para tratar de frenar la inflación obstinadamente alta, diciendo que el sector bancario europeo es “resistente”, con finanzas sólidas.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que los bancos “están en una posición completamente diferente a la de 2008” durante la crisis financiera, en parte debido a una regulación gubernamental más estricta.

El banco suizo ha estado presionando para recaudar dinero de los inversores y lanzar una nueva estrategia para superar una serie de problemas, incluidas malas apuestas en fondos de cobertura, reorganizaciones repetidas de su alta dirección y un escándalo de espionaje que involucra a UBS.